El cuerpo de Sou se encontraba inerte mientras Fuma seguía asfixiándolo y embistiendolo brutalmente, antes de que Sou hubiera fallecido le había gritado y suplicado a Fuma que parara con su tortura, no podía respirar y las constante penetraciones ya habían provocado desgarres en sus partes íntimas, Sou estaba aterrado viendo como el rostro de su compañero tenía una cara de éxtasis y euforia sin una intención de detener el constante abuso.
La palabra de seguridad nunca fue atendida, Sou grito y repitió la palabra de seguridad como un mantra para que Fuma parara, pero algo en el interior de Fuma despertó al ver el rostro de sufrimiento y angustia que tenía Sou, el hecho de escuchar la palabra de seguridad y pensar que Sou estaba sufriendo lo volvió un desquiciado total, quería romperlo, verlo llorar y suplicar, quería acabar con su vida.
El rostro inerte de Sou mantenía los ojos abiertos y una expresión tranquila mientras que Fuma seguía abusando del cuerpo inerte, hasta que terminó dentro del menor y al final solo pudo apreciar como aún muerto Sou era hermoso.